10 hábitos mentales que nos llevan al éxito.

Post linkedin

¿Qué es primero: tener éxito para ser feliz o ser feliz para tener éxito?

Creo que hay dos tipos de felicidad. Una es la felicidad momento a momento y la otra es la felicidad de mirar atrás y ver nuestros logros. Sin embargo, para tener logros uno tiene que aprender a ser feliz momento a momento.

Trabajar con entusiasmo es clave para el éxito y cada movimiento que hacemos es impulsado por nuestra capacidad de capitalizar sobre los acontecimientos de nuestra vida.

Dado que la realidad es parte hechos y parte cómo nos tomamos las cosas, aprender a tomarlas de la mejor manera es una cualidad que debemos desarrollar, si queremos tener entusiasmo y ser felices día a día. Finalmente es lo que nos lleva a tener más logros.

Por supuesto, éste es un tema de una vida entera, pero aquí hay 10 hábitos mentales que nos ayudarán a recordar aquello que ya sabemos, pero que muchas veces por el ritmo de vida que llevamos se nos olvida:

  1. Aprender a esperar la ola correcta. Cuando de dinero se trata, nadie quiere decir no a una oportunidad que se presenta. Y sí, es difícil decir que no, cuando llega una oferta de trabajo o negocio. De todas maneras, aprender a distinguir cuáles son las batallas que debemos pelear es un hábito que los grandes personajes de negocios saben hacer muy bien. Muchas veces tomamos al cliente que paga mal, a quien no tenemos buena manera de darle servicio y, por lo tanto, no deja de quejarse. Re trabajos, entregas urgentes, rechazos, todo esto sucede cuando no somos un buen “match” para el cliente. “The Pumpkin Plan” de Mike Michalowicz, libro best seller, habla de cómo los granjeros que cultivan calabazas gigantes para concurso, dejan morir todas las calabazas para enfocarse en hacer crecer una calabaza: la gigante. Hace la analogía de cómo tu negocio puede progresar mejor cuando te enfocas en los clientes buenos: quienes pagan bien y les puedes dar buen servicio. Y termina haciendo completo sentido, porque no hay mejor publicidad que un cliente feliz.
  2. Aprender a aprender equivocándote. Ya sea aprender a caminar, aprender a andar en patineta o bicicleta, uno sabe que tendrá que caerse algunas veces. ¿Va a doler? Seguramente, pero eso es algo que sabemos muy bien desde niños. Por alguna razón se nos olvida cuando crecemos. Generamos una imagen de nosotros y queremos que esta imagen sea perfecta. Quebrar esta imagen es doloroso, pero irónicamente es lo que no nos permite salir de nuestra zona de confort. Claro, hay que aprender a medir consecuencias porque existen golpes de los cuales es más difícil levantarse. Como dice el magnate Warren Budgetplaces: “sólo no te metas al agua profunda con los dos pies”.
  3. No esperes aplausos de nadie más que de ti mismo. Mira, voy a ser franco. Se pueden complacer a algunas personas parte del tiempo. Pero no a todos, todo el tiempo. Siempre que empiezas algo nuevo, o simplemente por ser tú mismo, a algunos les va a gustar y a otros no. Hablamos de cómo la realidad es parte percepción, bueno, pues siempre la manera en la que las personas te juzgan tiene más que ver con cómo ellas ven el mundo que como tú eres. Creo que hay una regla sencilla en la vida. Si construyes tus objetivos de manera constructiva, llegarás a la dicha. Si lo haces de manera destructiva, llegarás al sufrimiento. Fuera de esto, haz tu mejor esfuerzo y olvida el resto.
  4. Aprender a recibir críticas. Claro, parece que estoy contradiciendo el punto anterior, pero si analizas, hay una clara distinción entre la crítica destructiva y la constructiva. De cualquier modo, no deja de ser algo para que analices. Normalmente los directores con el mejor ranking de eficiencia son aquellos que están buscando en todo momento cómo mejorar. Si lees “Made in América”, la historia de Sam Walton, verás que a través de su historia, habla implícitamente de sus ganas de por siempre aprender, su capacidad de reconocer errores y cambiar sin ningún drama. Siguió adelante, como si errar y aprender de los errores fuera de lo más natural.
  5. Deja de recriminarte y construye sobre tus virtudes. Los defectos solo existen bajo la concepción de quien los mira. En realidad lo que puede ser visto como un defecto desde cierta perspectiva, puede ser visto como una virtud desde otra. Gary Keller en su libro “The One Thing” habla sobre cómo las personas más sobresalientes en cualquier categoría son extremadamente buenas en un puñado de cosas, si no es que en una sola. Si tú o tu empresa pueden ser reconocidos como la máxima autoridad en el mundo de alguna categoría, te garantizo el éxito.
  6. Aprende a admirar el triunfo de los otros. Es natural vivir en esta mentalidad de escasez donde nos programaron a que existe una cantidad limitada de éxito. Y por lo tanto, muchas veces nos cuesta reconocer al otro. Lo común que se escucha es mirar, encontrar algún defecto. Cuando una empresa o equipo de fútbol llega a ser dominante, comienzan las críticas. Aprende a ver lo bueno en el éxito del otro y tal vez así te puedas preguntar: ¿cómo podré tener el éxito que él tiene? Si es que te interesa, tal vez puedas aprender mucho por la observación.
  7. Aprende a ser flexible. Ser determinado es extremadamente importante en la vida. No obstante, existe una línea fina entre determinado y terco. Hay veces que el tiempo no es el adecuado o está todo en contra. Aprende a cambiar el plan, aunque el objetivo final no cambie. En ocasiones, las cosas sólo necesitan un cambio de perspectiva y se puede lograr lo que uno verdaderamente quiere con mucho menos esfuerzo.
  8. Aprender a construir con paciencia. Existe una historia que Bill Hewlett le dijo a David Packard cuando comenzaron su negocio: que tenían que aprender a “pensar en grande, pero empezar pequeños”. Todo en esta vida toma su tiempo y cuando aprendemos a respetar, caminamos más rápido. Yo siempre veo que uno de los más grandes errores de las personas es que quieren saltar del escalón 1 al 10 en un salto. Por lo general, se terminan cayendo. Ocurre lo mismo con las dietas, el dinero, las empresas y muchas veces con las relaciones. Le robaré uno de mis dichos favoritos a Aristóteles: “Excelencia es una arte ganado por entrenamiento y habituación: no actuamos correctamente porque tenemos virtud o excelencia, si no que más bien tenemos estas porque actuamos de manera correcta; estas virtudes se crean en un ser humano al hacer sus acciones; somos lo que hacemos repetidamente. Por lo tanto, la excelencia no es un acto, sino un hábito”.
  9. Deja de compárate con otros. “la comparación es el ladrón de la alegría”, según Theodore Roosevelt. Al vivir en una sociedad, compararse con otros es natural, puesto que el cerebro trabaja por comparación, pero cuando aprendemos a ver que cada quien es diferente, con gustos diferentes y tiempos diferentes, la vida se hace más ligera. Aprende a vivir tu vida a tu tiempo y con lo que realmente te gusta.

Ten confianza en ti. Cuando estamos tratando de llegar a un nuevo punto de nuestras vidas, es natural que se asiente la duda, el miedo al fracaso o a nunca llegar. En estos momentos es cuando más hay que aprender a confiar en nosotros. Los Navy Seals reciben entrenamiento específico de auto afirmaciones positivas. Están entrenados para que cuando estén en situaciones de peligro o combatiendo debajo del agua reafirmen que pueden salir victoriosos. Claro, la autoafirmación positiva tiene que venir acompañada de la acción. Como dice Tony Robins: “la afirmación positiva sin acción es ilusión. La afirmación positiva más acción crea magia”.